¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que distingue a un vino normal en un buen vino? Más allá de la variedad de uva con la que está elaborado, existen una serie de factores que influyen decisivamente en su calidad. En Just B te contamos cuáles son.

El clima

No es casualidad que los mejores lugares para producir vino se encuentren en las zonas templadas del planeta, concretamente entre los 30 y los 50 grados de latitud. Es aquí donde se dan los mejores climas para el cultivo de la uva, aunque debido a la meteorología no todos son igual de propicios.

En general, la viña prefiere el clima seco, con pocas lluvias y mucho sol, pero existen excepciones a la regla, como los albariños de las Rías Baixas, vinos de excelente calidad a los que el clima húmedo de Galicia les sienta estupendamente. Entre ellos se encuentran los nuestros: Just B, Croque y Encarna.

La amplitud térmica

Relacionado con el clima, tenemos otro concepto que afecta de forma decisiva a las características del vino: hablamos de la amplitud térmica, es decir, la diferencia de temperatura entre el día y la noche. El contraste entre días cálidos y noches más frescas ayuda a la formación de aromas y fija los pigmentos de la uva, lo que genera vinos con cuerpo y estructura.

El suelo

El suelo es otro de los grandes condicionantes de la calidad de un vino. A las viñas les gustan los suelos pobres en materia orgánica, sueltos y profundos, donde sus raíces se propaguen con facilidad y donde el agua no quede retenida. Componentes como la arcilla, la caliza, la arena, la grava o incluso los materiales de origen volcánico forman parte de los mejores terroirs.

La edad del viñedo

El paso del tiempo ayuda a que las cepas adquieran personalidad e identidad propias, por eso los mejores vinos se obtienen de plantas maduras, de 20 años en adelante, que ya están perfectamente adaptadas al suelo y al clima. En Just B trabajamos con cepas de entre 25 y 60 años de edad, algo que sin duda otorga una gran calidad a nuestros vinos.

La altitud

En los últimos tiempos, la altitud a la que se encuentran los viñedos es un extra cada vez más valorado. ¿Los motivos? A mayor altura, mejora la amplitud térmica y aumenta la radiación solar, lo que ayuda a madurar lentamente a las uvas. Además, los terrenos altos suelen encontrarse más lejos de grandes núcleos de población y su aire suele estar menos contaminado.

Estos son algunos de los factores que más influyen en la elaboración de un buen vino, pero siempre hay que tener presente que existen excepciones que también dan lugar a vinos de excelente calidad, como los de Just B. ¡Anímate a descubrirlos!